Podrán identificarlas por un pequeño tatuaje en la espalda, algún agujero más de lo habitual en las orejas, expresiones típicamente masculinas como "tronco", "tío" o "es la polla". Son aquellas que no tienen problemas para hablar de sexo o criticar a las más pijas y modositas, son aquellas a las que se les hincha una vena en la frente cuando alguien las vacila, son aquellas que sólo se ponen tacones en ocasiones especiales, incluso aunque les encanten los zapatos y que nunca, nunca jamás, serán feministas.
"Ni contigo ni sin ti"
Mantienen conflictos abiertos aunque tengan las soluciones delante, les encanta tener la razón y discutirán lo necesario hasta la victoria o la rendición –la nuestra claro–, se cabrean hasta ponerse verdes si alguien intenta engatusarlas con aires de superioridad y no dudarán en decir que algo no les gusta pese a que hayas puesto toda tu buena voluntad y esfuerzo.
Sin embargo y con frecuencia olvidamos que dentro de sus pesadas armaduras aún existe esa mujer que necesita al hombre, como el hombre a la mujer, aún existe esa mujer que se emociona con las frases bonitas y que marca páginas de libros de autoayuda, esa mujer que se pone nerviosa antes de quedar con un hombre, esa mujer... Y todo ello pese a que no soporte las flores, beba más chupitos de jagger que nosotros y mande a los tíos a la mierda al son de "yo me voy a casa y tú no vienes conmigo".
Hay sangre entre tanto acero.
Por ello y con el único fin de evitar males mayores, hay hombres a los que recomiendo correr cuando una guerrera se cruce en su camino:
- Los guerreros: por muy buen guerrero que uno pueda ser, las heridas siempre acaban desangrándonos, aunque sea muy despacio, y ellas siempre ganan.
- Los irascibles: tarde o temprano te sacará de tus casillas y perderás la partida, gritarás más que ella y ella hará lo mismo y todo terminará en portazo o disculpándote ante el vecino.
- Los buenistas: recibirás broncas, jamás tendrás la razón y ella siempre estará más borracha que tú. Sé bueno pero no gilipollas y si ese rollo no te gusta, a otra cosa mariposa ya que no se puede cambiar a la gente.
- Los impacientes: el fuego siempre se apaga con el tiempo, incluso cuando se lo lleva todo por delante y el listillo de la manta puede acabar en el hospital.
- Los tontos, ignorantes o incultos: si ya lo tienen jodido con una mujer normal, jamás podrán con una guerrera... O sabes responder o estás fuera.
Creo que la única forma que hay de conquistarlas es la admiración. Una admiración superior a su carácter, superior a su ego, superior a sus barreras de entrada, superior a todo... De lo contrario, serás uno más.
Con todo, son tan femeninas, romanticonas y sensibles como las demás aunque con unas ventajas y desventajas diferentes. Nunca celebrarán San Valentín pero si se te olvida su cumpleaños eres hombre muerto. No les importa el qué dirán pero si las llamas "cari" te cortarán la lengua. No dirán que eres el hombre de su vida cada día pero cuando lo hagan saldrá desde dentro, muy dentro. Nunca serán pesadas pero siempre estarán ahí, atentas. Siempre querrán batallar contigo pero nunca se rendirán.
Al pan, pan y a la guerrera, guerra.
Jajaja. Buenísimo. Me siento muy identificada y no sé si eso es bueno.
ResponderEliminarLa mayoría te dirá que sí por que las guerreras sois un reto, y eso siempre gusta, pero ten cuidado con los grupos excluidos. Con ellos NUNCA funcionaría.
ResponderEliminarSi te digo mi opinión, un rotundo sí. Es bueno. Con el tiempo os ablandáis... :P
Nuwanda