En el cine, las primeras palabras de un niño suelen ser "mamá" o "papá" aunque en la vida real pueden ser otras muy distintas.
Soy más de papá pero fue mi madre la que cargó con mis dificultades para comer, mis llantos cuando ella se se arreglaba para ir a trabajar y la violencia que profesé a mis hermanos cuando los celos se volvían incontrolables.
La adoro. La admiro. Mataría por ella.
Estar a su lado es un oasis de paz de en un mundo en guerra, una casita perdida en la montaña, un submarino bajo una tormenta. Me da tranquilidad, me siento seguro. No sé cómo lo consigue.
No necesito contar muchas cosas para que lo sepa todo. Sólo con mirarme es capaz de adivinar lo que voy a decir a continuación y, sin poder esperar a que lo diga, me da la solución antes siquiera de conocer el problema.
No tengo otra, ni ganas. Ella se basta y se sobra.
Desde que vivo fuera, todo es un poco más distante, un poco más difícil. Me he vuelto un poco hipocondríaco y cada cosa que me pasa puede ser el inicio del fin de los días. Cada tos puede ser el primer efecto de un cáncer, cada mareo puede ser la antesala de un desmayo y cada taquicardia puede ser el comienzo de un infarto...
Me falta paz. Me falta mamá. Y, claro, llamo por teléfono...
–Hola mamá
–Hola mi vida, ¿cómo estás?
–Muy bien, aquí trabajando.
–¿Tienes mucho lío?
–Un poco, de aquí final de año estaré bastante liado.
–Pero... ¿Estás bien, no? Te noto raro...
–Es que tengo la sensación de taquicardia madre.
–¿Te late rápido el corazón?
–Sí, un poco. La verdad es que no me había pasado.
–Eso es estrés hijo, necesitas descansar más.
–Ya lo sé mamá pero no tengo tiempo. Intentaré descansar esta noche, me acostaré pronto.
–Eso y cena algo ligero y tómate una tila antes de acostarte. Eso te relajará y dormirás mejor. ¿A que también te duele un poco la espalda?
–Sí, ¿qué significa eso?
–Pues lo dicho, que descansas poco y mal. En cuanto duermas dos días seguidos ocho horas se te pasa seguro pero eso sí, si te asustas me lo dices que nos vamos a urgencias en un momento.
–No, no. Tranquila. Creo que estaré bien. Hoy fumaré menos y no tomaré café después de comer. Procuraré respirar a fondo y estar tranquilo.
–Eso y descansa hijo por favor, no me dejes preocupada que lo de no tenerte en casa me da una cosa...
–Yo también te echo de menos mamá pero así es la vida...
–Qué me vas a decir mi vida...
–Gracias mamá
–¿Estás tonto? A mi no me tienes que dar las gracias por nada que para eso soy tu madre. Sólo faltaba...
–Gracias mamá
–¡Bueno! haz el favor de hacerme caso y si pasa cualquier cosa me llamas. Pero me llamas ¿eh? ¿EH?
–Síííííí... No te preocupes, no ves que acabo de hacerlo... Te quiero madre
–Y yo a ti mi sol, no trabajes mucho y diles que te suban el sueldo...
#NormasParaRecordar: Llamar a mamá
No hay comentarios:
Publicar un comentario