Un gran recuerdo y ¡Viva los novios!

Hace ya un tiempo, un amor, un gran amor del colegio "llamó a mi puerta" vía Facebook. Rápidamente decidimos que lo mejor era vernos y ponernos al día como debe ser.

Era y es una mujer muy guapa. Llamativos ojos verdes, cuerpo curvado y sonrisa perfecta. Me gustó desde el colegio y no todo fue amistad entre nosotros. Nada serio para ella; dos besos y poco más. Para mí fue otra cosa. Fue un amor idealizado, un gran amor utópico pues se trataba de una relación imposible, en su opinión.

Quedamos en mi casa.

Mis intenciones aquella noche se limitaban a saber cómo estaba, a conocer las novedades de su vida tras varios años sin saber absolutamente nada de ella y a comprobar si la belleza que me hipnotizó entonces seguía vigente. Ella estaba bien. La vida le fue bien, carrera de ciencias con buenas notas y un negocio familiar que heredar. Y me hipnotizó, de nuevo, con la misma facilidad. En un minuto, dos miradas y tres sonrisas. Así, sin hacer más. 

Como soltero soy un fracaso.

Cuatro horas fueron tiempo suficiente para ponernos al día en lo importante. Amistades comunes, música, películas y, cómo no, amores. Recuperamos viejas fotos y no hubo problemas en recordar lo sucedido entre nosotros. Fueron recuerdos cariñosos y divertidos, hice mucho el tonto en aquella época, no fui ejemplar en casi nada pero siempre fui un romántico. Aunque realmente, como ya he dicho, sólo fueron dos besos y poco más.



Un año estuvimos en la Feria de Abril de Sevilla. Yo fui con mis amigos y ella con sus amigas pero estábamos siempre juntos como buenos foráneos. Una noche, tras una copiosa e indecente cena de todo el grupo al más puro estilo sevillano, con jamón, calamares, pescadito frito variado, flamenquines, croquetas y mucho, mucho, fino, un familiar me dio una libreta de tickets comida/bebida por valor de 50 euros. "Para que te diviertas" me dijo, y vaya si me divertí... Las copas desaparecían como palomitas en el cine y los platos de jamón volaron sobre mi cabeza cual palomas en el Parque de María Luisa durante toda la noche. 
Después de todo, cambiamos de caseta en busca de emociones más fuertes. En una de ellas, jamás recordaré cuál –aunque sé que ella sí–, sucedió algo mágico, algo que no olvidaré jamás, nuestro primer beso... 
 
Estaba apoyado en una de las barandillas que rodean algunas casetas respirando un poco de aire limpio y nicotina y ella salió de la caseta para despedirse de alguien y colgar. Se acercó hasta donde estaba yo, y se acercó mucho. Me preguntó si estaba bien y le dije: "Ahora, desde luego, sí. ¿Y tú?" Llevaba un vestido de volantes color hueso con rayas verticales muy finas de color marrón y toda la parafernalia típica perfectamente conjuntada. Además, me atrevo a decir que el pelo repeinado en una mujer es un fetiche y a ella le quedaba perfecto, y lo sabía. 
–Sabes que estás muy guapa ¿verdad?
–Sí –dice mientras se ríe y me aparta la cara en señal de vacile.
–En serio, te queda perfecto –una fregona por favor...
–Gracias. Es un vestido muy bonito pero tú sí que estás guapo. Me encanta esta corbata... –dice mientras ajusta el nudo y la posición con mucha delicadeza. 
Me quedé mudo. Supongo que en ese momento o no pude pensar o pensé que era mejor callarme y disfrutar del momento... Me quede mirando su manos durante unos segundos sin apenas bajar la barbilla y alcé la mirada y ahí estaban, mirándome con auténtica dominación. Me acerque a su oído haciendo el típico de gesto de "tengo algo importante que decirte" y pregunté: 
–¿Qué voy a hacer contigo?
–No lo sé... –y me besó cerca de la oreja. 
Yo respondí con otro beso ipsofacto en la misma zona y ella se quedó ahí, sin moverse, en contra de mis expectativas y me dio otro algo más lejos de la oreja, se acercaba. Hice lo mismo aunque en ésta, la segunda ocasión, no tuve tanta prisa. Los besos se sucedieron con el mismo rumbo aunque a mayor velocidad y, claro,  todo terminó en beso, en un sentido y cariñoso beso que yo había deseado mucho y que nunca olvidaré. Durante aquella noche parecimos algo más que amigos, aquella noche fue perfecta y me encanta que piense lo mismo.
Fue divertido y fue bonito. Un recuerdo feliz.

No sé si os pasará lo mismo pero en presencia de aquellas mujeres a las que he intentado conquistar sin éxito alguno me siento totalmente indefenso, como si lo más patético que pudiera hacer ya estuviera hecho, como si llevara una pegatina en la espalda que pone: "Es el mismo pringado enamoradizo de siempre. Pueden pegarle, se lo agradeceré" o como si no hubiera más remedio para mí que sufrir las consecuencias de mi ignorancia e inexperiencia post-adolescentes habiendo pasado ya el cuarto de siglo. Ella lo clasificó dentro de ese fatídico grupo en el mueren los amores utópicos, los rollos de verano y el sexo en los portales: "cosas de adolescentes" y yo, pobre de mí, nunca salí de él. Muy triste, lo sé. Lo peor es que lo somatizo.

Tras los temas de morralla, de iniciación, llegó la parte de actualidad rosa. Esa parte en la que mi patetismo queda certificado al más alto nivel, como para exportarlo a Estados Unidos. Fue el momento en el que pregunté si estaba soltera y...

–Pues sí pero hace poco conocí a un chico que me gusta"
–¡Qué bien! ¿Y qué tal? ¿salís? –Imbécil.
–Pues sí, nos hemos visto mucho...

Los treinta minutos siguientes pasaron muy despacio. 

Descripciones sentidas y detalladas de cómo se conocieron, de su estupendo y emocionante trabajo, de su última cena romántica en aquél sitio tan caro y exclusivo, de sus dudas sobre el futuro, de qué pensarán sus padres... Bueno de mí, dije que si le gustaba, si se lo pasaba bien con él, si creía que lo suyo podía tener un futuro, debía intentarlo, debía arriesgarse y que no debía importarle lo que piensen los demás.

[Pueden pegarle, se lo agradeceré]


Me explicó que era mayor que ella, que vivía lejos de Madrid y que por motivos de trabajo podía llegar a pasar largas temporadas fuera del país. Todo ello le planteaba dudas, dudas que siempre tienen las mujeres antes de apostar por uno de nuestro género. Insistí en que tenía que arriesgarse. Pese a mis instintivos objetivos, detecté verdadera preocupación por el tema y mi buenismo pudo más. Recibió mi opinión sobre todo ello y traté de animarla para que lo intentara durante un buen rato.

Le conté un resumen de mi vida amorosa. Es breve. Pero intenso. 

Aproveché mi turno para cambiar tema y pasamos de nuevo a temas clásicos como los ya mencionados, en este caso predominó la música. Muchos vídeos y decenas de canciones después, se hizo tarde. Aunque me hubiera quedado con ella toda la noche, pensé que mejor así. Me había divertido mucho y acabando ahí, la noche sería perfecta. Aquellos años fueron emocionantes, siempre en tensión, siempre cerca y siempre lejos.

Eres un gran recuerdo.

Lo entendí todo.

Fui motivador según parece pues a las dos semanas ya estaban juntos, viajando por España. Las fotos se sucedieron a una velocidad de vértigo. Que si una fiesta muy elegante, que si un fin de semana en la casa de la playa, que si un viaje por Argentina... Cuando veo alguna que me gusta siempre pienso en abofetearme un par de veces a modo de castigo por mi buenismo pero no lo hago, todo está bien como está. Ella está feliz y yo también...

Pocos meses después vi una foto de la pareja con el subtítulo: "Oficialmente prometidos". Ella estaba feliz.

"Vaya..." Pensé enseguida. Pero no, no era eso lo que sentí. Estaba contento, casi emocionado.

Seguramente, fui un cobarde en su momento pero también fui bueno. Desperdicié todas las oportunidades que tuve pero fue divertido. Nunca estuvimos hechos para estar juntos pero siempre hubo tensión, esa que tanto nos gustaba y que tantos bonitos recuerdos nos ha dejado. Sé que ella piensa exactamente lo mismo y ver ahora a mi amiga, con la que tanto he compartido, tan contenta con su flamante prometido me hace extraña e inmensamente feliz. 

¡Viva los novios!

6 comentarios:

  1. rwarghhh!!! el final no me ha gustado nada, pero me declaro muy fan de esta frase: "hice mucho el tonto en aquella época, no fui ejemplar en casi nada pero siempre fui un romántico"

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    1. Creo que todos hacemos el tonto en la adolescencia desde el punto de vista que dan más de 25 años de tonterías, de lo contrario no habría grandes recuerdos. :P

      Sin duda el final es una gran lección. Habrá muchos más finales...

      :)

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    2. vaaa-leeeee, sé que el final es en verdad maravilloso, sobre todo por ese, "fue una gran lección y un enorme orgullo ver aquella foto", pero no sé, por alguna extraña razón (seguro que porque a veces personalizamos las historias ajenas) sentí la necesidad de que ella te "premiara", y curiosamente se me hizo un nudo en el estomago al leer el final.

      Se que habrá más finales, (para empezar, espero que hagas caso a Tomate) porque como ya te dije, sigo leyéndote y además consigues que no me resista a comentar... (algún día me cuentas el secreto).

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    3. ¿Premiarme? No sabía que esa palabra estuviera el vocabulario femenino :P

      Haré caso a Tomate. La próxima tendrá que decirme que no...

      Espero que no dejes de comentar porque de muchos de vuestros comentarios se nutre mi imaginación para muchos posts.

      Respecto al secreto, sólo hay uno: Carpe Diem. O cómo suelo decir: vívelo todo intensamente. Yo, además, os lo cuento gratis ;)

      Insisto: no dejes de comentar.

      ¡Gracias!

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  2. A mí lo que más me ha gustado es el final, el que realmente seas amigo y te sientas feliz por ella, si te hubieses quedado con la sensación de "y si tal vez..." sería una putada; De todas formas por si acaso, con la próxima que sientas esa tensión, lánzate y que sea lo que superman quiera!

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    1. Así es. Hay muchas formas de querer a las personas, muchas formas de desear a las personas, muchas formas de cuidar a las personas... La verdad es que fue una gran noticia, una gran lección y un enorme orgullo ver aquella foto.

      La próxima vez te haré caso y confiaré en Superman. :P

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