De un tiempo a esta parte, y me refiero al tiempo que llevo escribiendo "No Pienso...", algo ha cambiado, algo está funcionando, algo marcha. Me acerco, poco a poco, a quien quiero ser. Me acerco cada vez más a Nuwanda y me voy alejando de mi viejo yo. Y cuánto más me acerco, más feliz soy.
Una de las primeras lecciones que he aprendido por mera casualidad ha sido que lo importante en la vida es divertirse. Divertirse trabajando, divertirse escribiendo, divertirse en el cine, en la cama, en el coche, en un restaurante, durante una cita, durante una reunión. Hay que disfrutar de hacer deporte, de leer, de la familia –y mucho–, de los amigos, de las copas e incluso de los malos momentos.
Es la clave.
Hay que divertirse siempre, incluso cuando parece imposible... Es una cuestión de voluntad...
Hay que divertirse siempre, incluso cuando parece imposible... Es una cuestión de voluntad...
Creemos que la diversión debe venir de fuera cuando realmente deberíamos ser los que la ofreceremos, los que la generamos, los que se la trabajan. Si lo hacemos, seremos también, sin duda, quienes más la disfruten. Pese a ello, la pereza y otros sentimientos negativos nos pueden en la difícil tarea de querer hacer reír, de querer ofrecer simpatía y cariño, de querer ser un poco más Nuwanda.
Somos poco dados al camino difícil, a estudiarnos el libro de texto, a pensar en los demás. Nos damos muchos motivos para estar jodidos pero muy pocos para estar contentos, repasamos mentalmente todo aquello que no nos gusta y lo bueno pasa siempre desapercibido. Debemos hacer un esfuerzo por quedarnos con lo bueno, con la cara, con la pareja de sietes de primera mano, con un utilitario.
Sólo hay que querer verlo y no ceder jamás en este empeño.
Sólo hay que querer verlo y no ceder jamás en este empeño.
En el blog he hablado antes de esta actitud hacia la vida y seguiré haciéndolo pues en eso consiste Nuwanda...
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Gran consejo!! Hay que disfrutar al máximo que lo bueno de la vida, y enfrentarse a los malos momentos con fuerza y ganas de superarlos, no con ánimo de lamentarse una y otra vez y de ser autocompasivo, si no pensando que son lecciones de la vida y que sin ellos lo bueno no sería tan bueno. La diversión no sería tal si no existiera el aburrimiento, ni la felicidad existiría sin la tristeza...y por supuesto hay que divertirse al máximo, reírse de la vida, disfrutar de los pequeños detalles que sólo una persona positiva y con ganas de vivir es capaz de apreciar.
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