Kill Resaca

El viernes la borrachera fue histórica. Mi horario fue de 17:00 a 4:30. Sin parar de beber, comiendo lo justo y fumando de menos por la puta ley antitabaco. Vaya sudada me pegué, es como si me hubieran puesto algo en la copa, baya borrachera joder...

Sin perdonar la oportunidad, el sábado no fue para menos... Cerveza, mojitos y gin tonics, buena mezcla, mezcla mortal... Apenas he dormido dos horas.

Un fin de semana etílicamente de récord.

Es domingo y en mi cabeza desfila el mismísimo ejército de Alejandro Magno. Los párpados caen sin frenos y no puedo seguir escribiendo. Apenas puedo hablar aunque tampoco me gusta hacerlo cuando escribo. La garganta pica y la boca es arena. 

Me duelen los tobillos, parecen chorizos. No debí saltar tanto. La chaqueta que llevé el viernes está echa una verdadera mierda, bolsillo descosido incluido. Tengo tres sellos en los brazos, esos que te ponen cuando sales de un garito... Somos como ovejas...

Me duelen los ojos, mi fotosensibilidad se ha multiplicado.

Vaya tardecita de domingo.

Busco entre mis archivos una película que anime el ambiente. Entre las primeras opciones siempre aparece alguna de Quentin Tarantino. Entre las segundas podemos encontrar de todo. Desde cine bélico hasta la más chochona de las comedias románticas. Ahora mismo no todas valen igual.

Consumo Nestea y alguna CocaCola –esto no es publicidad–, miro en la nevera por si diviso algo de picar pero no tengo esa suerte, es domingo. Sólo veo algo de embutido en la despensa pero ni rastro de pan de ningún tipo aunque tampoco estoy para exquisiteces.

Apuesto por Kill Bill, la 1 y si me despierto un poco también la 2. Estamos que lo tiramos.

Cómo no animarse con una de las mejores escenas de violencia que he visto nunca...



No hay comentarios:

Publicar un comentario