El muro de Facebook es un saco en el que cabe todo, todo el patetismo del ser humano quiero decir. Siempre ha habido muchas publicaciones que he considerado ridículas y mi sagrada intimidad nunca me permitiría comentar lo mucho que echo de menos a mi novia, lo guapo que soy o la tía que quiero follarme.
Está bien felicitar los cumpleaños, subir fotos de fiestas y borracheras varias o compartir algún vídeo divertido de Youtube. Podemos incluso estar etiquetados en las típicas promociones de garitos de noche o las promociones de restaurantes de amigos. Pero, como ya hemos comentado en alguna ocasión, todo tiene un límite, el límite de lo razonable y de lo no razonable.
Hay una serie de temas que erróneamente tocamos cuando nos comunicamos en esta red.
- Familia: ser alguien familiar y casero está muy bien pero no es necesario relatar cada paso que damos. Me refiero a las típicas publicaciones de "aquí tomando el aperitivo" o "se ha atascado el lavabo, que desastre!". ¿A quién coño le importa eso?
- Amor: el amor es maravilloso y bonito y siempre me alegro por los nuevos noviazgos de mis conocidos pero ya está. No necesito saber que habéis hecho una semana juntos, un mes, seis meses, un año, dos años... Fotos de besos las justas, los posados siempre sobran en una persona normal y corriente y los books fotográficos son la mayor horterada que he visto, es cruzar un límite que para mi no tiene vuelta atrás, un motivo de divorcio.
- Pilladas: me refiero a las típicas fotos indiscretas que nos cogen en el preciso instante en el que liamos un porro, estamos meando o cuando nos tiramos una copa encima. Arrumacos con mujeres de discoteca teniendo novia es otro de los clásicos. También podemos incluir en esta categoría los mensajes privados que la propia red ha publicado en estas últimas semanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario