Cobardes

By Nuwanda

Cobarde.

(Del fr. couard).

1. adj. Pusilánime, sin valor ni espíritu. U. t. c. s.

2. adj. Hecho con cobardía.

Todos sabemos lo que es una persona cobarde, hay muchas. Cobarde, como bien apunta la RAE, es una persona sin valor, lo opuesto a alguien valiente. Resulta complicado decir que alguien es un cobarde en términos absolutos pues es complicado encontrar a una persona que no se atreva a nada. Yo me atrevo a bajar una montaña con la bici a toda pastilla pero que ni me hablen de hacerlo en moto. Racional o irracional, eso es lo de menos. ¿Soy un cobarde o un valiente?

Dice una canción de Sabina:

Que ser valiente no salga tan caro,

Que ser cobarde no valga la pena.

Hay personas que tienen miedos incontrolables frente a cosas aparentemente inofensivas. Es el caso de las personas que sienten vértigo al hablar en público, miedo a los perros más inofensivos del planeta o jugar a hockey.

Creo que todo es una cuestión de perspectiva, la de cada uno. Estoy seguro de que algún motorista habrá que no se atreva a bajar la montaña en bici. El caso es que nuestros miedos, porque de eso va todo, de miedos y de cómo los afrontamos, son muy distintos a los del otro y lo que a mí me pueda parecer una chorrada para otro es cruzar un límite inquebrantable, un límite casi mortal.

Con las mujeres nos pasa igual.

Hay de todo en la fauna del Señor pero, generalizando y redundando, hay hombres valientes con las mujeres y hombres que no intentarían nada con una hasta que ésta estuviera de pie frente a ellos con sólo una camisa desabrochada, lencería fina y unos tacones de espanto. Y quizá ni así...

Cobarde es aquel que teniendo la posibilidad de quedar una mujer, rechace intentarlo con pretextos como "seguro que me dice que no", "hoy no es mi día" o "no es su momento".

Cobarde es aquel que pudiendo besar a una mujer por primera vez huya con excusas del tipo "me lo he pasado genial, descansa", "deberíamos repetir ¿no crees?" o "ha sido una noche perfecta y no quiero estropearla".

Cobarde es aquel que debiendo llamar por teléfono y preguntar "¿qué tal estás?" prefiere tirar de Whatsapp y mandar un mensaje como "Hola xxx, qtal vas?", "mejor?" o, peor aún, "how are u?".

Una amiga me dijo: "los cobardes sois aburridos".

Los cobardes no escondemos una personalidad extravagante, psicótica o reprimida, no tenemos muertos en los armarios ni nos la pelamos veinticuatro veces al día. Los cobardes no somos malos chicos, ni necesariamente unos frikis, ni mantenemos el gay que llevamos dentro encerrado a seis metros bajo tierra, donde sí deberían estar Federico Moccia y Paulo Coelho.

Una teoría benevolente con los cobardes mantendría que nuestra aversión a una exposición directa de nuestro interés por la chica en cuestión es una consecuencia de la valoración que le otorgamos. Una versión un poco más hija puta mantendría que preferimos vivir en la mínima expresión de la incertidumbre a morir en el solitario desierto de la certeza.

Yo prefiero pensar que si nos cuesta es porque nos importa, porque se nos da bastante mal hablar de ciertas cosas y porque, no se nos olvide, sólo dan una maldita oportunidad.

¡Arriba valientes!