Ni escote, ni alcohol. Solo ilusión. by Anónima

A veces alguna lectora me escribe y, de vez en cuando, resulta que lo hace con una calidad sobresaliente. Hace poco sucedió esto y he pedido un artículo suyo. Y como todo cazador que se precie, quiero conocer mejor al enemigo. Le propuse escribir sobre los "hombres de sus sueños versus los hombres con los que se casan". Ahí va el resultado. Espero que os guste tanto como a mí y tengamos, todos, ocasión de volver a leer algo de mi querida amiga "Anónima".

Ni escote, ni alcohol. Solo ilusión.

Nuestra vida está llena de dichos o refranes sobre cómo elegir pareja, novio, marido y hasta caballo. Vamos desde lo más sentimental, como la gran y tan cierta frase "amores que matan nunca mueren" hasta frases tan absurdas como "ante la duda…", todos sabemos cómo sigue y no quiero ser soez, por lo menos, no de momento. Pero estas reglas matemáticas que no dejan dudas respecto a la elección, no hacen más que complicar las cosas y conseguir llenarnos la cabeza de pájaros que vuelan siempre en círculos en torno a lo mismo. ¿Cuál es el mío? 



Yo he tenido la gran suerte de tener amigas con las cosas muy claras desde el principio. Las ha habido que sin buscarlo se han encontrado con el padre de sus hijos en la puerta del colegio mayor, las que se han enamorado de alguien porque había hecho de ellas mejores personas o las que habían encontrado a alguien verdaderamente enamorado de su interior, el de ellas por supuesto. No creo que se vean estas cosas muy a menudo y por eso son tan bonitas. Pero ¿qué pasa con las que en la puerta del colegio mayor teníamos un novio con un mercedes descapotable que desde luego no iba a ser el padre de mis hijos, con las que no le han enseñado su interior más que a su madre o con las que no quieren ser mejores personas porque les divierte ser maléficas y despistadas? 

¿Esas no nos casamos? ¿No nos enamoramos? Mi compañero de piso, con que tengo una madre en común, me dijo que hay personas que necesitan comparar para saber cuál es el suyo y creo que algunas nos hemos pasado de la raya haciéndolo. Buscamos al hombre perfecto, que te haga reír, que sea guapo, que sea sincero, que sea atractivo, interesante, que coma con la boca cerrada, que no crea que por invitarte a comer unas cigalas como mi pierna de gordas te vas a enamorar de él, que quiera a su madre, que el Bernabéu no sea su sitio favorito de Madrid, que no se crea Travolta "el rey de la noche", que sepa que el móvil no es un sexto dedo, que no crea que la cama es la solución a cualquier problema... Tantas cosas que ni yo misma, que las he buscado tantos años, soy capaz de recordar. 



Llega un momento en el que desistes, en el que en vez de buscar a tu príncipe azul, buscas a tu príncipe gris, una especie de Alberto de Mónaco, que sí, es un príncipe pero es gay. Creo que todas hemos renunciado a las mariposas en algún momento, nos hemos acomodado y hemos disfrutado de una película sin argumento en la que ni lloras ni te ríes y en la que hasta agradeces los anuncios. No merece la pena hacer esto. Supongo que es una opción personal, pero no soy de las 80kms/hora de velocidad media. A veces te la pegas, es verdad, pero cuando no te la pegas llegas a tu destino la primera y lo haces con una sonrisa de esas que hacen que un día merezca la pena. 

Me niego a ser una persona gris, a conformarme con un tío que te cuida pero por el que no te pones nerviosa cuando te espera en el portal, al que llamar porque toca, al que poner los cuernos para sentirte atractiva, al que poner motes, al que hacer regalos caros para sentirte mejor, al que decirle que te tienes que ir porque al día siguiente madrugas, al que no llevar a las cenas de oficina, al que decir "me da igual" día tras día... No quiero eso, ese no es el mío aunque sea una persona fantástica. No sé si soy blanco o negro pero desde luego gris no. 

Algunas locas de la vida, seguimos buscando a alguien interesante, alguien a quien mirar y reírnos, a quien no escuchar y decírselo, alguien con quien pasar el rato hablando de luces, con quien de repente darnos cuenta de que hay mil cosas que no le hemos dicho y llamarle corriendo, alguien que nos ponga nerviosas, alguien al que decirle "me gustas" cuando en realidad estás loca por él, ése que al que ver en una foto nos haga pensar "el mío es el guapo". 

Esos existen, están a nuestro alrededor aunque no los veamos, a veces no es tan fácil llegar a ellos, a veces tienes que salir de tu área de confort y arriesgarte un poco y otras tienes que cargarte una relación de cinco años con una rubia gris. Es sólo cuestión de ilusión. Ni de escote, ni de alcohol, sólo de buscar lo que te haga ilusión porque si es así de verdad, te lo vas a quedar toda la vida. 

Si alguien busca un tío gris, lo siento, no sé dónde están, nunca los he buscado y si alguien los encuentra que por favor me mande a uno porque he dejado a una rubia gris sin pareja, aunque desde mi corazón maléfico he de decir que ha merecido la pena.


4 comentarios:

  1. muy buena invitada! y resulta que soy de las de su especie, aunque he caído en el gris alguna vez... al final me parece que somos un poco especie en extinción, por lo que he ido viendo a mi alrededor, y aunque no sepamos muy bien donde llegaremos, ni con quien, al menos habrá merecido la pena

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    1. Invitada de excepción. No estoy seguro pero creo que es la primera vez que publica algo así. Creo que tiene mucho que decir y escribe de maravilla. Tengo fe... Veremos si repite. Incluso, quizá, comente.

      El gris no mola ;)

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    2. Seguro que repite... tú sabes bien que una vez que se empieza a escribir, es como una droga

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  2. Me ha encantado!!! :)
    xoxo

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