Casi nada...

Supongo que describir a la mujer ideal es un trabajo titánico para este humilde blogger de ratos libres, comentarios tontos y raciones individuales.

Lo que sí es más razonable es describir aquellos detalles que hacen de una mujer, Mi Mujer...

Son caprichos, requisitos máximos. No los necesito pero los deseo y a ser posible, todos juntos.



Necesito comer basura semanalmente y si puedo, lo hago con una película y en pijama, tranquilito, y me encantaría que ella pidiera lo mismo, nada de sushi –para eso hay otros días– ni sobres de pavo. Me gustaría que no tuviera problemas en probar la comida marroquí o el shake japonés, que le gustarán los postres extraños.

Ropa interior elegante, fina, que no necesariamente cara. Si pudiera elegir, lo querría siempre. Me gusta y quiero que a ella le guste, que se vea guapa, sexy y elegante. No es provocación, es clase. No porque yo lo desee, sino porque ella lo quiera.

He podido comprobar que quien se preocupa mucho por el qué dirán, esconde algo. No me va lo de actuar, ni me gusta la galería y seguro que no nos conocimos allí. "Hasta siempre, ha sido un placer conocerte".

Nunca he escondido mi predilección por las dormilonas. Me gusta mirarlas dormir, escribir a su lado y despertarlas a mordiscos.



Me gustaría que enloqueciera por los niños aunque sin el espectáculo sonoro típico de un paseo por la tarde en la que se cruzan dos gemelos en un carrito de bebé doble –que por cierto pueden costar la friolera de 585 euros–. A mi nunca me gustaron tanto aunque, claro, todavía no he tenido ninguno.

No me gusta Alejandro Sanz salvo en el karaoke, ni conozco a Pablo Alborán más allá de las discotecas de 10 euros la copa. Sí tragaría con algunas de sus series favoritas para discutir, ver tías y, si eso, verte dormida sobre mi pierna pero jamás pretendas que me gusten las mismas cosas que a ti, de hecho, y puestos a pedir, preferiría que detestara las mismas cosas que yo.

Siempre me han gustado las mujeres capaces de ser elegantes comprando en un mercadillo, y sin necesidad de llevar tacones permanentemente, y que ocasionalmente me dejen con la boca en los pies ante las curvas de un vestido de Hoss y unos tacones de aguja. Insinuante y discreta, sexy pero modesto.

Casi nada...


PD.- Las últimas conversaciones con mujeres me han llevado a plantearme preguntas así: ¿Cuáles serían tus requisitos máximos para una mujer?

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