Welcome Tinder. Welcome Happn.

By Nuwanda



Tecnologías de la información y frustración amorosa o sexual es sinónimo de porno. Aunque también lo es una tarde solitaria en casa y un portátil en mano pero bueno, se me entiende. No serán pequeños los efectos de las nuevas tecnologías de la información en las relaciones sociales pero no es mi intención dármelas de lo que no soy. Aquí se viene a contar historias, no a hacer carrera.


Y la historia es bien típica: frustrado emocional descubre su potencial sexual. Y no es que haya dejado de tener pánico a la clásica situación de discoteca, hace tiempo que asumí que no sirvo para eso. Y tampoco he dejado atrás esa especie de misoginia que desarrollamos todos los que hemos recibido muchos no por respuesta. Supongo, sencillamente, que hay que seguir, probar, cagarla y volver a empezar. Un economista habló de la destrucción creativa como una consecuencia de la innovación, yo ya tengo la grúa en marcha.

Y serán las abundantes canas o los diez kilos menos que calzo, o puede que, con suerte, haya sido la foto elegida aunque lo dudo, que por algo me aficioné a la fotografía. El caso es que abrir un perfil activo en Tinder o Happn está siendo toda una experiencia repleta de desconocidas, de nuevas historias, de aventuras. Una droga irrechazable para quién se ha cansado del día a día, de desear siempre lo mismo y no conseguirlo nunca, de verte sentada en el reposabrazos del sofá.

Y empiezan a llegar los 'likes', 'saludos' o 'crushes', el móvil parece estar de fiesta y mi orgullo vivo. Si me viera Ella. Los idealistas como yo solemos proyectar nuestras expectativas sobre otras personas, esperando de ellas algo extraordinario, incluso si hablamos de Tinder –así somos. Sin embargo, uno ya está curado: solo espero caras nuevas y sexo del de toda la vida. Nunca he sido amigo de lo fácil, pero no pienso ser un mártir de lo imposible.

Welcome Tinder. Welcome Happn.

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@NuwandaVive

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