Dicen que no hay más que verlo, que salta a la vista y hasta rompe el corazón. No es una cuestión racional ni nada que pueda describir. Su belleza solo reside en mi paranoia, en mi película mental, la que me he montado para disfrutar de lo –poco– que me da. Pero el caso que me sienta bien.
Me río cuando quiero pensar, bailo cuando quiero dormir, canto cuando no quiero ni hablar. Disfruto de su presencia más que con la compañía de muchas personas y solo una sonrisa con mi nombre hace de cualquier noche una gran noche. Qué simples somos, qué tonto soy, pero la realidad es que duermo más feliz si la he visto antes de acostarme. Me sienta bien hasta su indiferencia ¡cómo me sentaría su cariño!
Y no se trata tanto de lo que somos o lo que soy sino de lo que podemos llegar a ser. No se trata de estar enamorado, consiste, simplemente, en saber que es ella.
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@NuwandaVive
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