Hoy no he quedado contigo pero estarás ahí. Será el tipo al que has utilizado durante algunos meses o la ciega que no ve lo que tiene delante de sus narices. Yo que sé. A mi orgullo ni se le espera pero me consuelo pensando que quien ríe el último ríe mejor. Para que se abran las ventanas primero deben cerrarse las puertas. Cerrar con llave y meterla en una caja de seguridad, atar una pesa de 20 kilos a la misma y arrojarla allí donde el fondo del mar sea más oscuro. Porque cerrar para volver a abrir es tontería. Porque olvidar es pensar en otra cosa, y yo ya llevo pensando en ti varias semanas. Tu sonrisa entró en mi vida, y tu locura, y el loco en el que me convierto cuando estás cerca, y no quiero que se vayan ninguno de los tres. Quiéreme o mátame pero no me dejes indiferente, ya he perdido mucho tiempo. Hoy estaré contigo y sé que estarás conmigo, aunque no podamos vernos, aunque no podamos tocarnos. El tiempo es coste de oportunidad, besos a capitalizar y muchas caricias en el bote. Te cambio dos horas con ellos por diez minutos contigo, y no es desprecio, es la curva de preferencia del consumidor, es decir, yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario