By Nuwanda
Invitar a salir a una chica es algo más complicado de lo que parece. Requiere resultar atractivo a la chica en cuestión, encontrar el momento adecuado y arriesgarse. Unos piensan que es una gilipollez, otros no. La diferencia, seguramente, reside en el número de veces que lo han hecho unos y otros. En el fondo, la práctica de la petición para salir no es complicada. Basta con encontrar un momento de intimidad y, tras una frase de saludo preferiblemente divertida o inteligente, decir: "deberíamos quedar un día a cenar". Si la respuesta nos la suda, pedirlo carece de dificultad. Si por el contrario nos importa, la cosa cambia, no se puede ir por la vida pidiendo salir a la mujeres de cualquier manera.
Invitar a salir a una chica es algo más complicado de lo que parece. Requiere resultar atractivo a la chica en cuestión, encontrar el momento adecuado y arriesgarse. Unos piensan que es una gilipollez, otros no. La diferencia, seguramente, reside en el número de veces que lo han hecho unos y otros. En el fondo, la práctica de la petición para salir no es complicada. Basta con encontrar un momento de intimidad y, tras una frase de saludo preferiblemente divertida o inteligente, decir: "deberíamos quedar un día a cenar". Si la respuesta nos la suda, pedirlo carece de dificultad. Si por el contrario nos importa, la cosa cambia, no se puede ir por la vida pidiendo salir a la mujeres de cualquier manera.
Lo primero que todo hombre interesado piensa es: ¿aceptará?
Sería lógico hacerse esa pregunta si las mujeres estuvieran cuerdas pero no lo están.
Una mujer puede decir que no por miles de millones de motivos diferentes y quedarse más ancha que larga. Puede que esté en una época de odio hacia el género masculino, puede que no tenga un buen día o puede que esté en "esos días" pero en cualquier caso la respuesta es siempre la misma: NO. Incluso cuando tienes muchísimas probabilidades de éxito el NO sigue siendo la respuesta más frecuente. Ese NO se pasa la estadística por el arco del triunfo, ese NO no tiene piedad, ese NO va a estar ahí saludándote cada vez que hables con cualquier mujer. He llegado a escuchar que pueden decir que NO incluso cuando quieren decir que sí.
Una mujer puede decir que no por miles de millones de motivos diferentes y quedarse más ancha que larga. Puede que esté en una época de odio hacia el género masculino, puede que no tenga un buen día o puede que esté en "esos días" pero en cualquier caso la respuesta es siempre la misma: NO. Incluso cuando tienes muchísimas probabilidades de éxito el NO sigue siendo la respuesta más frecuente. Ese NO se pasa la estadística por el arco del triunfo, ese NO no tiene piedad, ese NO va a estar ahí saludándote cada vez que hables con cualquier mujer. He llegado a escuchar que pueden decir que NO incluso cuando quieren decir que sí.
–¿Aceptará?
–NO
Vamos por partes.
Primero tanteas el terreno, intenta comprobar si está predispuesta, después, suponiendo que tengas una mínima posibilidad, busca el momento y con el NO en la cabeza le dices que quieres cenar un día con ella. Tras el NO, piensa en el próximo movimiento. Diez minutos después vuelve sobre tus pasos, encuéntrala y vuelve a pedírselo cambiando el discurso... "Estoy seguro de que va a ser una cena muy divertida." Tras el siguiente NO, date un par de horas y vuelve a la carga. "Verás, voy a seguir pidiéndotelo hasta que me digas que al menos me concedas una caña el domingo". Si te dice que sí por pesado, quédate con el sí. Sí insiste con el NO, repetir todo el proceso al día siguiente y así sucesivamente.
Disclaimer: sabes que el proceso debe parar cuando ella te dice "déjame en paz por favor, no voy a salir contigo ni por todo el oro del mundo" o similar, abandona. A esas alturas, dicho lo dicho, ya has perdido toda posibilidad, para siempre, quedar contigo es una opción indeseable, estás jodido.
Primero tanteas el terreno, intenta comprobar si está predispuesta, después, suponiendo que tengas una mínima posibilidad, busca el momento y con el NO en la cabeza le dices que quieres cenar un día con ella. Tras el NO, piensa en el próximo movimiento. Diez minutos después vuelve sobre tus pasos, encuéntrala y vuelve a pedírselo cambiando el discurso... "Estoy seguro de que va a ser una cena muy divertida." Tras el siguiente NO, date un par de horas y vuelve a la carga. "Verás, voy a seguir pidiéndotelo hasta que me digas que al menos me concedas una caña el domingo". Si te dice que sí por pesado, quédate con el sí. Sí insiste con el NO, repetir todo el proceso al día siguiente y así sucesivamente.
Disclaimer: sabes que el proceso debe parar cuando ella te dice "déjame en paz por favor, no voy a salir contigo ni por todo el oro del mundo" o similar, abandona. A esas alturas, dicho lo dicho, ya has perdido toda posibilidad, para siempre, quedar contigo es una opción indeseable, estás jodido.
Antes de darte cuenta, varios meses después del primer NO, o tienes una orden de alejamiento o ella lleva tres semanas con un directivo de medio pelo de un gran banco de inversión que resulta ser un apasionado de los descapotables, las Harley Davidson y los zapatos. Lleva seis meses en Brasil pero siempre consigue que le manden varios días al mes a España. Se le cruzan palabras en inglés "porque es que yo viajo mucho ¿sabes? y me lío..." Seguro que el chico es un genio en su trabajo aunque delante tuyo siempre va a ser un gilipollas.
Eso sí, tú sigues siendo el...
Eso sí, tú sigues siendo el...
Por otro lado, no es lo mismo que una chica rechace a un hombre a que sea ella la rechazada. Cuando un hombre es rechazado puede ponerse triste, enfadarse un poco o irse a por la amiga que tiene al lado pero en ningún caso pasamos de un rechazo a una discusión o pique. De hecho, normalmente, nos enamoramos más. Así somos.
Con las chicas no pasa lo mismo, claro que no. Ellas están acostumbradas a ser acechadas por los hombros, a sentirse deseadas, a rechazar... Rechazar a una mujer que se ofrece, una mujer que muestra su interés sin vergüenza ni pudor, es muy distinto. Serás el amor de su vida o un hombre muerto. Así son.
Dicho esto, hay dos tipos de rechazos, rechazos que nunca deberían estar en el mismo grupo. Hay que diferenciar entre las rupturas y los frenazos. Las primeras, son aquellos rechazos que finalizan una relación en el sentido más amplio de la expresión y los segundos, los que impiden su inicio.
Las primeras son las más jodidas. Que alguien te deje siempre es jodido aunque los motivos por los que lo haga pueden hacerlo mucho más fácil. No tiene nada que ver que te dejen por otro a que lo hagan por otra, tampoco es comparable que se vaya a vivir a Nueva York a que no quiera irse contigo a Nueva York. Puede que se enamore de otro, puede que empieces a parecerle un imbécil o puede que necesite un cambio y te haya tocado. Siempre jode.
Los segundos, el segundo tipo de rechazos, son otra cosa. Mi repertorio en esta categoría es variado y mi experiencia profunda. Tiendo a hacerme amigo de las niñas o volverme "demasiado complicado". Me han frenado con una sonrisa y con un guantazo, lo han hecho tanto a los dos minutos como a las dos semanas. Me han dicho desde "creo que estás equivocando" hasta "tú eres tonto ¿verdad?" Me han rechazado por Whatsapp, por Facebook, a la cara, de perfil e incluso por la espalda. Estoy esperando a que lo hagan por Twitter, es una cuestión de tiempo. Me han dicho "Mira, mejor no sigas, de verdad" y "Para tu información, tengo novio".
Dicen que se aprende de los errores. Yo tengo el doctorado.
Siempre he creído en la perseverancia, siempre fui corredor de fondo, me han llegado a rechazar seis veces en cinco minutos para que aceptara la respuesta, mi fracaso, pero ya no. Las cosas cambian, las personas crecen y las piernas se debilitan, hay trotes que ya no son para un servidor. Creo que una mezcla de orgullo y pragmatismo guía todos mis pasos en el campo de batalla aunque por el momento no parece dar ningún resultado.
Una buena amiga me propuso una reflexión: "Piensa en todas las chicas que has perdido, habiendo tenido algo con ellas o no, y en las causas de esos rechazos. ¿Alguna similitud? ¿Patrones?" Otra chica lista. Y guapa. Y un poco salvaje.
Respondiendo a su propuesta, abundan más aquellas con las que nunca pasó nada y me han mandado a la mierda por cagarla en la aproximación, muy rápido o demasiado lento, o por un fallo grave de cálculo, el cálculo de mis posibilidades reales. El más ridículo siempre es el primer caso, ir demasiado rápido. Se puede materializar en forma de "cobra", guantazo o grito. Un buen rechazo de este tipo siempre deja muy claro que no me besaría ni aunque fuéramos la última pareja sobre la tierra, ni aunque su propia vida dependiera de ello. La otra vertiente es que ella se acuesta con otro cansada de esperar a que de el paso que en seis meses no me he atrevido a dar. Respecto a mis cálculos, tiendo a interpretar exactamente lo que a mí me gustaría interpretar de cada una de sus palabras y cada uno de sus gestos. Y claro, a veces pasa lo que pasa. Confundes amistad con otras cosas, ves cariño donde no hay nada y te llevas tortas por todas partes. Tampoco hay que hacer sangre.
Puede que mis amigos tengan razón y ella sea tan pija y juegue en una división tan superior a la mía que sea incapaz de conseguirla o puede que sea la zorra sin sentimientos que alguna de mis amigas dice y no merezca la pena pero a mí me gusta coño, y eso es lo único que importa.
Ella, de momento, sólo me ha rechazado una vez en varios meses y no fue para cenar.
Voy bien.
Me gusta tu perseverancia, para mi siempre ha significado interés, y quien sabe, a lo mejor en algún momento despiertes su atención. Respecto a la "cobra" no creo que se efecto sea tan tajante y absoluto, yo misma me arrepiento de alguna...
ResponderEliminarAnónima (la otra, jajajja)
La perseverancia era un constante en mi pasado. Ahora mismo es algo relativo... Perseverante sí pero eligiendo muy muy bien con quién, es decir, por qué.
EliminarTodavía ninguna me ha dicho, "cómo me arrepentí de aquella cobra"...
;)
Yo tampoco lo he dicho, pero lo pienso....
ResponderEliminarAnónima
Seguro que él todavía se acuerda...
EliminarAy, la última "cobra" que hice, cómo jodió! Por su reacción a posteriori yo también, como Anónima, me arrepiento.
ResponderEliminarA mí la perseverancia puede resultarme un motivo de rechazo cuando se convierte en pesadez, supongo que si proviene de alguien que me atraiga esta sería un dulce juego. Supongo. Sólo lo viví del primer modo.
En fin.
Pesados no gracias.
Eliminar¿Sabéis que se puede besar a un hombre después de hacerle una cobra?
;)
Lo sabemos, pero si la hicimos por algo sería... ;)
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