Bienvenido

By Nuwanda


Un día abres los ojos y todo es nuevo. Dónde antes sólo había oscuridad ahora sólo hay luces, sombras, colores y movimiento. Dónde antes no escuchabas nada ahora todo son voces enlatadas, gritos bajo el agua y susurros indescifrables. Pese al importante avance, sigue sin ver apenas nada.

Las luces abandonan la pátina rosada que las cubría y los colores empiezan a saturarse. Una enorme variedad de tonos, tramas y colores toman nitidez velozmente, tan rápido que vuelves a cerrar los ojos de nuevo para no marearte. La frecuencia parece ajustarse y empiezas a distinguir sonidos más o menos con sentido pero que aún no eres capaz de interpretar.

Tienes hambre, mucha hambre, parece que no has comido nunca, y sed, mucha sed.

Vaya nochecita has debido pasar...

Por si no fuera poco, te has despertado empapado de arriba a abajo. O has tenido la sudada de tu vida o te has duchado en la cama. Estás pegajoso como la Coca-Cola reseca sobre el parqué. 

Pronto comprendes que no estás solo, que hay más como tú en las proximidades de tu cama aunque, para variar, no sabes de quién se trata. Te quedas callado, observando, intentando no levantar sospechas y entender mejor la situación en la que sin saber cómo te encuentras.

"¿Qué cojones me pasa?" te preguntas.

Cuando coges algo de confianza, decides empezar a moverte, notas que tu cuerpo no responde como cabía esperar. Raro. Ya sabías que no has dormido muy bien pero empieza a preocuparte más lo que hiciste antes de acostarte y no recuerdas más allá de los pocos minutos que llevas despierto. Estás atrofiado, como si hubieras dormido una semana entera y no te quedaran fuerzas en las articulaciones. "Aúpa", te dirás.

Cuando lo haces, cuando te mueves, el público presente parece no tener nada mejor que hacer que mirarte fijamente. Están flipando, alucinados, con los ojos fuera de las órbitas y una sonrisa enorme... Parecen alegrarse y sorprenderse al mismo tiempo. "¡Joder! No recuerdo una resaca tan seria ¿me habrá dado un coma etílico?", te preguntarás mientras insistes en rebobinar la caja negra sin éxito alguno.

Empiezas a asustarte.

Alguien toma tu mano, como buscando una señal de consciencia. Agita tu brazo con delicadeza, cuidando de no sobresaltarte, buscando una repuesta.

"Hoola" Te dice otra, alguien a quien crees conocer de toda la vida. Hay algo en ella, algo especial que te atrae y te hace sentir bien. Huele raro, familiar...

Te coge la otra mano y hace planear tus brazos suavemente. Te sigue buscando. Acaricia tu pecho con la yema de los dedos y te hace reír. Ríes sin control ni escapatoria posible ya que tampoco controlas tus extremidades. Agitas tímidamente los pies y mueves los brazos, abres la boca y por momentos sientes que vas a mearte allí mismo.

Las cosquillas cesan y, una vez ella confirma que estás vivo y bien, consciente y sobrio, no se le ocurre nada mejor que levantarte por las axilas, acercarte a su cara y acariciar tu nariz con la suya y besarte repetida y suavemente en la mejilla para después tumbarte sobre su brazo, bien cogido, y caminar sin apartar su ojos de ti.

Y sonríe todo el tiempo...

"Hola mi amor, soy mamá"

Todo encaja, pensarás.

"Bienvenido"

PD.- Dedicado a ARR, bienvenido.

3 comentarios:

  1. Este es una de esas veces en las que usaría 'weird' para referirme a algo. Usándolo con cariño, como cuando una rareza te parece original, un fenómeno único y precioso.

    Con este texto conseguiste sorprenderme.
    ¡Enhorabuena!

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    1. ¡Gracias! La verdad es que me gusta escribir sobre muchas cosas y hace tiempo un amigo tuvo su primer hijo. Me gustó cómo quedó y aquí lo tienes... ;)

      PD.- No suelo ponerme en el lugar de un recién nacido muy a menudo.

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    2. ¿No sueles ponerte en su lugar muy a menudo? ¡No jodas! Yo creo que nunca lo he hecho hasta que no te he leído xD

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