Dedicado a mi amiga y exitosa bloguera Anónima.
La educación es un proceso necesario y duro. Todo empieza con unos azotes cuando eres pequeño y después... Después llegan los gritos matinales para que vayas al colegio, los gritos nocturnos para que te metas en la cama y los gritos aleatorios por cualquier cosa, eres un varón preadolescente y todo lo que haces es joderle la vida a tu familia.
Más tarde, comienzan las visitas al despacho del director, los exámenes trimestrales, los entrenamientos, reuniones familiares eternas, las clases de refuerzo, los discursos de Papá, las homilías de Mamá sobre todo tipo de temas y las broncas de la novia por hacer esto o lo otro. Aunque lo que más te jode son las clases extraescolares de alemán a las que has prometido asistir, "¿para qué cojones querré yo el puto alemán?"
Te pasas la juventud pensando que tras la universidad todo cambiará, que intercambiarás el trabajo con la fiesta casi diariamente, que no harás más que currar y empinar el codo y que en cuanto ganes algo de dinero, te irás de casa de tus padres y todo seguirá mejorando. La vie en rose. Te imaginas con un traje bueno, una corbata elegante, una camisa con iniciales y unos zapatos bien brillantes tomando cafés en Starbucks constantemente, como su no hubiera mañana, trabajando en tu iPad, porque siempre tendrás mucho trabajo, mientras saludas a tres pivones de faldas y pantalones ajustados con camisas/camisetas/blusas porosas.
Llegas a la universidad y tras dos primeros cursos de borracheras y desfases varios, deduces que tu futuro próximo depende de las notas que saques durante los próximos años. Bueno, y de que cuides tu hígado a fin de no morir demasiado joven. Te pones a estudiar. Salir bien o salir mal depende de tantas cosas y supone tan poco de cara a la salida al mercado laboral que tampoco importa el cómo, lo importante es salir. Con todo, te apuntas a infernales clases de inglés nocturnas con el fin de aportar algo exótico al ibérico menú que es tu currículum.
Si estás en la mitad de jóvenes españoles que sí tiene un trabajo te creerás el rey del mundo hasta que llega la primera nómina. Un vez contabilizada, puedes mantener la seguridad de que tu vida sigue siendo mediocre. Pero eso sí, tienes trabajo, que ya es más de lo cabía esperar. Trabajas duro y trabajas bien. Sientes que le debes algo a la sociedad por haberte dado un empleo que te gusta y ese algo es tu tiempo y tu esfuerzo, exprimidos al máximo, sin que sobre nada.
Tu carrera avanza rápidamente, tu tesón y tu esfuerzo tienen muchas recompensas y aunque ninguna suponga un cero más en la cuenta corriente, son más que suficientes para un humilde y férreo trabajador como tú. Con todo, decides apuntarte a unas eternas clases fuera del horario laboral con el fin de sacarte un título absolutamente prescindible pero con un nombre cool. Según entras en casa, sólo piensas en dormir, en no pensar, en hacer algo por ti mismo. Pero no tienes tiempo.
Egoísta...
Decides marcharte de casa de tus padres, rumbo a la aventura, "tú puedes", "empieza una nueva vida" y ese tipo de cosas. Es cierto que una nueva vida da comienzo pero el tonito de alegría y emoción se ha quedado por el caminado, ha debido pinchar. Aprendes que si no barres el suelo, éste se llena de mierda. Que la ropa no se limpia sola. Que los zapatos han perdido el poder de regresar al armario instantes después de tirarlos salvajemente por la habitación. Que aunque estuvieras hasta las cojones de la tortilla de patatas, es un plato jodido de hacer bien y que si ya estabas cansado de las pechugas de pollo a la plancha, empanadas o de cualquier otra forma, ahora, en tu nueva vida, te ibas a hinchar.
Pasan los meses y te das cuenta que gran parte de lo que llamas y has llamado siempre "tiempo libre" tiene algo de lo primero y muy poco de lo segundo. Sí, te has pegado tus viajes, tus borracheras, tus fines de semana rurales o playeros pero la realidad es que has desperdiciado un montón de tiempo libre en cosas que jamás serán importantes para ti, y no, con esta afirmación no me refiero a las clases de inglés.
Por ello, por el tiempo perdido y el tiempo que aún tenemos para perder, elige bien lo que haces con tu tiempo libre, no lo malgastes con clases extraescolares que no te aporten nada y por encima de todo, por lo que más ames en este mundo, nunca te conviertas en las clases extraescolares de nadie.
Hay que ser tiempo libre, el tiempo libre de otra persona.
Hay que ser tiempo libre, el tiempo libre de otra persona.
Brindemos por el tiempo libre! Yo voy a perdonarme el que he perdido hasta ahora en tonterías porque si no, no me cabrían tantos remordimientos en mi pequeña cabeza.
ResponderEliminarUn tanto pesimista el relato. Pero... creo que cierta. Y realista. La vida en general me parece dura. Ya me hago la idea que al finalizar la carrera la vida no va ser un camino de rosas.
Aish. Un placer visitarte por primera vez. Me quedo!
Hola Idoiaa,
EliminarComo bien dices, no todo es de color de rosa y aquí hablamos de la vida, las personas y las relaciones de éstas con la primera. Espero que disfrutes y comentes.
Bienvenida! ;)
Un beso!