Soy mourinhista por @JuanSantafe


Artículo escrito por Juan Santafé

Les pongo en contexto: @NuwandaVive y @martagllera entraron nuevamente en un bucle. Y ya van dos. El primero aún por resolver, aunque le quedan pocas horas, sigo siendo el juez y todavía estoy deliberando a falta de los alegatos finales. En este segundo, el tema es “rutina vs locura”. Se refieren a las relaciones, claro. Pero en este segundo se produjo un cambio, al menos en lo que respecta a mi papel en la contienda:


El tuit fue para mí como el sonido que sale de una corneta cuando se llama a los soldados a filas. Fue la señal que activó en mi cabeza una primera idea que se convertiría en mi argumento: ¿y qué más da?



Sí, mi argumento parece vacío. Incluso un poco ofensivo para Nuwanda y Marta que se curran posts a raíz de “rutina vs locura”. Pero nada más lejos de la realidad. Mis derroteros y pensamientos a partir de entonces son más “moñas” que otra cosa. Y todo por un vídeo que vi gracias a @NadaImporta en su Blog “Cosas que sí”:
“It’s not the adventure that matters as much as who you spend it with”


Vale, quizás Walt Disney no sea ejemplo de nada y esté un poco de acuerdo con David de Jorge (más conocido como Robin Food) en su entrevista de Jot Down:

“Walt Disney es el mayor terrorista del siglo XX: en el momento en el que puso a hablar a leones, a patos, a perros, a ratones… nos jodió miles y miles de años de evolución”

Sin embargo, las afirmaciones de David de Jorge iban por otros lados más gastronómicos. Además en “UP”, el gamusino no habla. Vuelta al tema principal, a mí el vídeo me sirvió para reafirmarme en mi idea de “¿y qué más da?”.

En serio, recapaciten. No importa la rutina o la locura, lo que de verdad importa es la compañía.

Porque sin compañía no hay ni rutina, ni locura. Porque la locura, Nuwanda, reside en una persona: tu querida loca. Con ella, jugarás, reirás, reñirás, gozarás, construirás, placerás, discutirás, soñarás, whatsappearás,… pero siempre en su compañía.

O porque en tu rutina preferida, Marta, es buscada y deseada también por la persona que la quiera formar junto a ti. Con su compañía, construiréis rutina: chistes y gracias entendibles sólo por vosotros, lugares especiales donde acudir y repetir, viajes memorables simplemente por la calle más próxima, mensajes o arrumacos de buenos días/tardes/noches. Repeticiones siempre en su compañía.

Y todo esto es muy Mourinho (tomad giro de guión). ¿Por qué?. Pues no es por Unicef. Es por un pensamiento que casa perfectamente con la filosofía de Mourinho. Al portugués no le importa el cómo, le importa la victoria. Conseguir la Champions, la Liga o la Copa, adaptándose al rival o a las situaciones de un partido. Dependiendo de la compañía y las circunstancias, su planteamiento es cambiante, pero siempre con el objetivo de conquistar. Sin perder su personalidad, organiza a su equipo en función del rival. Doy muestras de ello:

Primer partido de Champions 2012-2013. Los petrodólares del Manchester City visitan el Bernabéu. Encuentro difícil ante un rival imprevisible en competición europea y plagado de estrellas (un poco como las locuras de Emma Stone). Objetivo: empezar con buen pie y hacer del estadio blanco un fortín (sobreponerse al inicio de temporada y dejar huella). Mourinho saca al tridente para contener la locura de un equipo como el City que juega a fogonazos. Con uno de éstos, los británicos se adelantan en el minuto 69. Pero Mou reacciona y se adapta, mete cambios para aportar más locura (vacilar por whatsapp) y así abrir la barrera creada por Mancini. El partido se vuelve frenético. El partido termina 3-2. Victoria blanca y la conquista europea más cerca (Emma Stone es de Champions League y se ha dejado huella).


Otro ejemplo serían los partidos contra el Barça. Mou llegó al banquillo de Chamartín y la supremacía blaugrana en los últimos años era insultante. Sin hacer un gran esfuerzo el Barcelona ganaba sus partidos contra el Madrid gracias al fútbol hipnótico de jugadores como Iniesta, Messi, Xavi & Cia. El Barça había hecho de su juego una rutina. Y lo que es peor, los partidos contra el Madrid eran puro trámite para ellos. La única forma de ganar, es aprender a jugarles. ¿Cómo? Con más rutina. Mourinho lo tenía claro. Poco a poco, partido a partido, fue creando un ambiente en el vestuario blanco de que jugando con orden, repeticiones tácticas y presión asfixiante, se iría desenganchando ese fútbol de asociación constante y verticalidad que los blaugranas abanderaban. Y lo consiguió. La rutina blanca conquistó el Camp Nou en la vuelta de semifinales de la Copa del Rey, el pasado 26 de febrero. Partido perfecto en lo táctico de un Real Madrid con la lección memorizada e instalada en los cerebros de los jugadores.


“¿Con quién se abraza el titánico Varane?”

Lo que quiero decir con todo esto, es que a Mourinho no le importa el cómo, le importa la victoria. La conquista de las competiciones. Porque las personas, por circunstancias o por diferentes momentos de nuestra vida, somos el Manchester City (locas perdidas) o somos el Barcelona (fútbol de rutina hipnótica), o a veces un poco de las dos. Pero lo que prevalece sobre ello, es la construcción de un camino recorrido en compañía. Porque los títulos y las copas son su compañía.

Coincido plenamente con el entrenador portugués. Lo que importa es la compañía (los títulos, trofeos y victorias), da igual con rutina, o con locura, o con un poco de las dos.

Por eso, yo, soy Mourinhista.





P.D. Groucho Marx: "El mejor banquete del mundo no merece ser degustado a menos que se tenga alguien para compartirlo".

Juan Santafé López (@JuanSantafe)

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