Ambiente tranquilo en un buen restaurante, pocas mesas y poca gente. Una mesa pequeña en una esquina preciosa del local, una vela mediana en el centro de la mesa y el paisaje de Madrid de noche. Las sillas están en una junto a la otra, en lados contiguos de la mesa –minipunto para el maetre = propina–.
Hoy quiere sorprenderla, quiere romper la monotonía.
Algún entrante y buen pescado, todo ello aderezado por una botella de vino... De postre, chocolate, copazo y palabras bonitas...
–¿Por qué me miras así?
–...
–Nuwanda..
–Perdona... me he despistado. ¿Qué decías?
–Te decía que...
–Espera. Déjame decirte algo... –dice clavando la mirada en sus ojos– Hoy estás impresionante. Creo que te has pintado los ojos de una forma distinta y estoy atontado.
Ella sonríe ampliamente, le ha encantado el comentario. Ha dado en el clavo. Ella no estaba segura de si le iba a gustar la innovación, incluso había pensado retocarse en el baño en un par de ocasiones, pero todo eso era ya historia.
Él recoge su pelo por detrás de la oreja, rozando suavemente el cartílago y se acerca y hace un gesto para contarle un secreto...
Él recoge su pelo por detrás de la oreja, rozando suavemente el cartílago y se acerca y hace un gesto para contarle un secreto...
–¿Nos vamos? –y sin dejar tiempo para responder le da un beso breve en la mejilla
–Sí –responde también con un beso
Ayuda a su acompañante a ponerse el abrigo y abre la puerta -sí, sí y sí-. Ofrece su brazo en la entrada del restaurante y ella se engancha con energía y comienzan a caminar lentamente. Se empujan el uno al otro pero sin soltarse, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, y cuando todo apunta a una caída inminente, él recupera la posición y, tras unos pasos de calibraje, se topan con una marquesina.
La empotra contra el cristal y se besan con ganas, con lujuria...
La empotra contra el cristal y se besan con ganas, con lujuria...
–Vamos a casa –dice ella interrumpiendo el momento y altamente excitada
Y cogiéndose de la cintura retoman el rumbo con más calor que equilibrio, más ganas que prisa...
Caminan tranquilos y ella con cariño y energía le pega un azote y aprieta suavemente. Él sonríe, sabe lo que significa...
Caminan tranquilos y ella con cariño y energía le pega un azote y aprieta suavemente. Él sonríe, sabe lo que significa...
Apunte Nuwanda
Este tipo de azote lo denomino "Paseante".
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