Me gusta la lluvia. Hace que piense que tras su paso todo será algo distinto. Es una soberana tontería pero tiene ese aire de renovación que nos hace imaginar qué vendrá después. No ha podido ser más oportuna, ha llegado en el momento perfecto. Nadie puede saber que pasará mañana pero sí puedo disfrutar del momento.
Momento de poca gente en la calle, parques desiertos sin niños y perros en casa. Se respira un aire más fresco que hace muy apetecible el momento de meterme en la cama. Me encanta que llueva. Recuerdos de la infancia se cruzan en mi mente, zapatos inundados, resfriados exprés y pelotazos de los que pican, qué tiempos aquellos.
La pátina de romanticismo que tiene los días de lluvia, clara muestra de la influencia de Hollywood en nuestros subconscientes, me devuelve a cuando tenía novia o, mejor dicho, cuando no estaba solo. No es que lo eche de menos pero sí me arranca una sonrisa melancólica. Es triste pero inevitable, ¿vendrán de nuevo momentos como ese? Espero que sí.
Dije que no me pasaría el día recordando tiempos mejores y lo estoy haciendo. !Maldita lluvia coño!
No hay comentarios:
Publicar un comentario