"Es genial la verdad, es una chica muy divertida. Pero eso sí, no es para ti. Hazme caso."
A todos nos lo han dicho alguna vez. En mi caso unas cuantas dado mi amplísimo gusto, las incisivas preguntas preventivas de mi madre y la opinión de alguna amiga. Creo que es el "hazme caso" final lo que remueve a una la conciencia y nos llena de dudas, pero normalmente lo dicen con mucha convicción. Nunca he sido mucho de hacer caso a los consejos y mi personalidad lleva intrínseca una oposición casi permanente a la opinión mayoritaria, aunque solo sea por discutir, así que de vez en cuando encuentro a alguien que desata la coacción.
Demasiado alegre o demasiado seria, exótica, aburrida, cateta, listilla, maleducada, choni y no sé cuantas cosas más. Suele añadirse al principio una enmienda a la totalidad, por si acaso se pasan, algo como: "no quiero ser cruel pero por tu bien tengo que decirte que...". Y resulta sorprendente pues constituye una prueba de amor hacia uno y a la vez otra de la doble personalidad de las mujeres entre las mujeres. Lo dicho, sorprendente.
El problema llega cuando sabes que quién te lo dice lo hace de corazón, sin necesidad ni interés en generar una falsa expectativa, insistiendo en la certeza de su valoración y compartiendo la responsabilidad de las consecuencias. Podría pensarse, incluso, que lo hacen para evitar un mal mayor, el desengaño del desamor por ejemplo, pero no ha sido esa mi experiencia pues estoy convencido de que algo hay o de que algo había. ¿Qué pensar? ¿Qué hacer? ¿Qué decir si me sigue gustando igual o más que antes?
Serán las chicas rebeldes o mi conciencia de raro en la manada pero creo que no me va lo habitual, que nunca lo ha hecho. Una personalidad fuerte saca a cualquiera de sus casillas y a mí me hace perder siempre la partida. Puede que no sea para mí pero quién lo es y, más importante aún, para quién soy yo. Mientras tanto, como buen friki que soy, voy a empezar de cero una y otra vez esperando tener más suerte en los dados.
Serán las chicas rebeldes o mi conciencia de raro en la manada pero creo que no me va lo habitual, que nunca lo ha hecho. Una personalidad fuerte saca a cualquiera de sus casillas y a mí me hace perder siempre la partida. Puede que no sea para mí pero quién lo es y, más importante aún, para quién soy yo. Mientras tanto, como buen friki que soy, voy a empezar de cero una y otra vez esperando tener más suerte en los dados.
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@NuwandaVive
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