Es todo el rato lo mismo.
Parece que sí pero no.
Un día siento que quieres morderme en mitad del bar y otro día sólo te falta decirme "contigo no bicho". No entiendo tus palabras ni tus miradas.
Siempre has estado muy por encima de mis posibilidades pero sé el momento exacto en que me viste de otra forma por primera vez. Yo conducía si no recuerdo mal... Lo que no sé es en qué punto entre aquel momento y el presente empezaste a odiarme y a hacerme creer que tenía una mínima posibilidad.
Y peor aún, tampoco sé por qué.
Hablar contigo unos minutos es lo más parecido a tirar una moneda al aire, puede que muy bien o puede que muy mal. Puedo salir de allí acelerado o totalmente deprimido, contigo nunca hay término medio.
Contigo, me temo, no habrá término medio jamás.
Parece que te esfuerzas en conocerme pero pones muchas barreras a que yo te conozca a ti. Dicho lo cual, no sé si recriminártelo o agradecértelo, no vaya a ser que me guste lo que encuentre.
Cuando me levanto con el pie derecho, suelo pensar que te gusta llevar lo de "una de cal y otra de arena" hasta el extremo. Sin embargo, me sobra cal y la de arena siempre sabe a poco.
Si por el contrario lo hago con el izquierdo, sólo me falta ponerme un collar que ponga: "Nombre: Nuwanda. Por favor, llamen al: 674 54* ***".
Y no puede ser, no puedo más.
O salimos o no salimos, es decir, o te apetece o no te apetece. Pero no puede ser que tu familia, tu salud y tu trabajo siempre se alineen para joderme la cita.
O tienes novio o rollo o "follamigo" o nada de nada, un poco de claridad entre tanta nebulosa no estaría de más, princesa, que lo de conjeturar no es lo mío.
O me estás queriendo decir que te invite a cenar o me pones la medalla de amigo bobo que quiere conocerte y te respeta hasta en su imaginación, pero si me sigues mirando así te voy a comer.
O lees todo lo que escribo o apenas has entrado dos veces en el blog. No se juega con los sentimientos del que escribe para todos. Cada vez que me has dicho "he leído lo de..." mi orgullo masculino ha estado de vacaciones un par de semanas.
O te encanta mi corbata o te parece horrible pero mis ojos están un poco más arriba. Y, qué cojones, los tuyos son una maravilla.
O aceptas que me gustas, y en consecuencia me mandas a la mierda, o te enfadas conmigo por pesado, pero no intentes que te tome por gilipollas para resultar menos atractiva no vaya a ser que lo consigas.
O hay algo de cierto en todo lo que noto o algún día haré el ridículo de mi puta vida. Eso es así.
Siendo mujer y lo más sincera posible, pasa de ella. Todo ese juego se traduce a indecisión que significa que en realidad no quiere estar contigo. Lo sé por experiencia!!!
ResponderEliminarSaludos
Hecho, paso de la chica -y eso que me gustaba bastante-.
EliminarSiento el retraso en mi respuesta, he hecho un viaje del que pronto os hablaré ;)
Siempre es un placer recibir vuestros comentarios en esta vuestra casa.
Abrazo, Nuwanda